Preocupado, el oligarca hizo detener el auto y preguntó a uno de ellos: -¿Por qué están comiendo césped?
-Porque no tenemos más que comer-contestó una mujer-.
Bueno, entonces vengan a mi casa que yo los alimentaré -dijo el banquero.
Subieron al lujoso coche y uno de los niños que comía hierba le agradeció el gesto al ricachón. El oligarca respondió: de nada, es que en mi casa el césped está más alto.
Moraleja: "Si crees que un rico te está ayudando, mamola”.
Por: @chumarte_